Es bastante frecuente que en temas políticos y de marca personal se busque definir cuál es el legado que quieren dejar de su mandato, de su gestión o incluso de su vida. No sólo por los que vienen detrás sino por el sentido que le da a nuestras propias acciones en el presente. Como empresarios nunca estamos exentos de este tema aunque quizá no siempre lo tenemos presente en nuestra mente por la presiones del día a día y lo abrumadora que puede ser la operación para llegar al número de los estados financieros. Sin embargo es muy probable que hayas pensado alguna vez que vendrá la nueva generación de la familia y se hará cargo de la empresa que creaste y que dejas como legado. O tal vez hayas imaginado dejar una patente, un sistema o metodología como tu legado a la industria. Los CÓMplices estamos convencidos de que el mejor legado que podemos dejar es una marca poderosa, sólidamente construida y que opere como plataforma para continuar el crecimiento rentable de la empresa. Una marca poderosa garantiza ventas futuras, mientras que el tamaño de una empresa no puede hacerlo. Date una vuelta por cualquier tipo de tienda y mira cuántas marcas reconocidas encuentras. Verás que no son muchas, pero son las que quedarán como legado para quien venga después, ya sean accionistas, herederos o todo el personal de la empresa que las produce y/o comercializa. Las empresas dueñas de marcas desconocidas morirán en el anonimato. No dejarán legado alguno capaz de seguir generando valor, aunque quizá dejen algunos fierros cada día más viejos y con menos valor como activos, o algunas cuentas bancarias más o menos abultadas. En tu caso, ¿cuál será tu legado como empresario? Cuéntanos qué traes en mente. Como CÓMplices nos gustaría contribuir a construirlo juntos.
Administrador
Comments