Cuando todos en la organización miran hacia el mismo punto, da la impresión de que las cosas suceden milagrosamente.
De acuerdo al artículo de The Hustle titulado “Cómo el CEO de Pfizer y su equipo directivo empujaron al gigante farmacéutico a preparar una vacuna”, el director general de Pfizer, Albert Bourla, ante el reto de crear una vacuna COVID-19 y la postura de los investigadores que dijeron que el proyecto no podría completarse hasta mediados de 2021, respondió "Lo siento, esto no funcionará... La gente está muriendo", de acuerdo al Wall Street Journal.
Con esta claridad, Bourla puso en la mira de todos algo que "rozaba lo irrazonable". La urgencia aceleró el cronograma de la vacuna de Pfizer y motivó a todos a pensar diferente.
Según el WSJ, Mike McDermott, que dirige la operación de fabricación global de Pfizer, le dijo a Bourla, "Lo que estamos haciendo ya es un milagro". Pero Bourla se las arregló para obtener más de un personal ya sobrecargado de trabajo, presionando a los miembros del equipo para aumentar la producción 10 veces.
Un esfuerzo en el que todos pusieron manos a la obra.
Esta persistencia dio lugar a varios avances:
1. Encontrar la vacuna: Pfizer probó múltiples versiones de la nueva vacuna de ARNm, se comunicó diariamente con la FDA, y probó en paralelo con animales y humanos.
2. La fabricación de la vacuna: A partir de marzo, Pfizer invirtió 500 millones de dólares (2 veces las proyecciones iniciales) para establecer una planta de ARNm; en abril, la empresa gastó otros 1.400 millones de dólares en 7 máquinas especiales para la fabricación de ARNm.
En total, la compañía gastó más de 2 mil millones de dólares antes de la aprobación de la FDA. Y como la compañía no aceptó dinero del gobierno, el proceso de prueba no fue retrasado por agencias federales distintas a la FDA.
La producción de la vacuna comenzó a mediados de agosto Y después de recibir la autorización de emergencia de la FDA, comenzó a administrar las dosis el lunes.
Aunque todo puede hacer pensar en un milagro, en realidad está sustentado en el Propópsito de Pfizer que, llevado a la práctica con un extraordinario liderazgo de Bourla, hizo posible lo imposible.
La empresa declara en su página de Internet el siguiente Propósito: Los avances que cambian la vida de los pacientes.
Y lo describe así: Nuestro propósito se basa en nuestro compromiso de financiar programas que proporcionen beneficio público, avance en la atención médica y mejoren los resultados de los pacientes. Nuestra creencia es que todas las personas merecen vivir vidas saludables. Esto impulsa nuestro deseo de proporcionar acceso a medicamentos que sean seguros, eficaces y asequibles.
Así es como sucede lo imposible en el mundo de las empresas, con propósitos claros y poderosos ejecutados de manera excepcional con planes detallados que motivan y provocan la participación de todos los colaboradores.
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