Desafortunadamente muy pocas pasan a la historia.
¿Tienes un producto o servicio ganador y no sabes con qué nombre y con qué modelo de llegada debe ir al mercado para crecer exitosamente?
¿Ya está en el mercado y no crece como esperabas?
Es hora de llamarnos.
El mercado está lleno de buenos productos que no han logrado encontrar su nombre y su lugar para crecer y consolidarse. No basta una buena idea para lograr un caso de éxito. El primer paso indudablemente es empezar con un producto superior, pero de ahí al resultado final hay varios pasos que deben consolidarlo o que pueden descarrilarlo.
Los 4 pasos para construir una marca exitosa:
1.- Una vez que tienes el producto el primer paso es encontrar su lugar en el mercado. Para ello es necesario responder a la pregunta ¿En qué categoría juega mi producto y cómo puedo capitalizar su superioridad para lograr preferencia? Por ejemplo, si se tratara de una línea de azúcar saborizada podrías explorar al menos la categoría de endulzantes naturales y edulcorantes, y la categoría de repostería. ¿Cuál vale más, cuál tiene más movimiento y cuál parece ofrecer mayor oportunidad?
2.- El nombre es fundamental para aprovechar todos los esfuerzos desde el principio. Una marca atinada empieza a comunicar por si misma y a dar los primeros pasos para construir valor. En el mercado B2B, por ejemplo, es muy usual que productos industriales, tengan denominaciones basadas en su nomenclatura de catálogo y los productos sean llamados HRB2543, HRB2544 y así sucesivamente. Esta clasificación es muy clara para el fabricante pero no comunica absolutamente nada a quienes toman la decisión de compra. Lo ideal es que de la clave de catálogo avances a un nombre que por lo menos transmita la principal característica del producto y, mejor aún, comunique un beneficio superior esperado por el mercado. Si es rápido o fuerte o poderoso en su acción, busca la manera de comunicarlo desde la marca.
3.- La propuesta de valor o posicionamiento es la columna vertebral para que pueda crecer y fortalecerse. Tendrás que responder ¿En qué negocio estás? No se trata de definir la actividad de tu empresa, sino de entender qué beneficio superior, relevante para tus consumidores, puedes prometer y cumplir exitosamente con tu producto o servicio. En este punto hay que abandonar la postura de mamá cuervo y objetivar el análisis de las capacidades del producto poniendo distancia, comparando a su competencia y buscar el apoyo de terceros que ni siquiera sean de la familia. En estas figuras vas a encontrar un tamiz riguroso y un honesto nivel de interlocución.
4.- La mezcla de mercadotecnia define los puntos de contacto con tus consumidores. El producto como tal, su precio, la distribución, la comunicación y valores agregados como la sostenibilidad darán forma a la propuesta de valor de manera integral. Estos factores tienen que ser congruentes con la propuesta de valor para darle el soporte sólido que necesita para avanzar. Por ejemplo, un producto que supera a su principal competidor en el mercado no debe ser más barato; sí puede hacer su introducción con apoyos promocionales o descuentos, pero una vez lograda la prueba de producto, es necesario llevarlo al nivel de precio que corresponde a su valor. Tampoco parecería tener sentido tratar de catalogar un producto de limpieza en la sección de ferretería de los autoservicios porque sólo ahí la aceptaron. Lo mismo aplica para las otras variables, tienen que ser congruentes y capaces de reforzar la propuesta de valor.
Si quieres seguir platicando y profundizar en este tema, llámanos al +52 55 7698 0292, escríbenos a queremos@complices.mx o visítanos en www.complices.mx.
Nuestras soluciones nunca te van a costar tanto como no aprovechar la capacidad de crecimiento que te puede dar un producto o servicio superior bien colocado en el mercado correcto.