Constantemente estamos en contacto con empresarios que quieren desarrollar su negocio y ven en la construcción de sus marcas la opción que les parece más atractiva. Pero no siempre tienen el panorama totalmente claro sobre lo que representa la construcción de marcas debido a la enorme cantidad de información distorsionada que reciben constantemente.
Para saber si estás poniendo tu presupuesto en el lugar correcto, empezamos por la técnica de descartar los incorrectos. Para ello normalmente identificamos dos etapas que erosionan el escaso presupuesto disponible con resultados nulos y una gran cuota de decepción.
Primero: el auto engaño.
Este es definido por la actividad de publicidad que realizan con una supuesta inversión en redes sociales que operan con la colaboración de sus familiares, sobrinos o incluso su asistente en la empresa y se convencen de que “ya están haciendo publicidad”. En realidad es posible que además de estar poniéndole dinero bueno al malo, puedan estar exponiéndose a comunicar cosas que, bien pensadas, no querrían decir ni hacer pensar sobre su marca. Como ejemplo muy claro menciono el caso de cuando un Community Manager “muy ocurrente” en Nestlé pensó que decir que a los 43 jóvenes asesinados en Ayotzinapa “les dieron Crunch”. Esa simple estupidez ocasionó una de las crisis más sonadas de los últimos años respecto a la imagen de una empresa y su marca de chocolates.
Segundo: el fraude en el que caen por gusto.
No es ninguna novedad que muchos medios de comunicación tanto online como offline se dedican a vender fantasías disfrazadas de campañas publicitarias con tal de lograr la cuota de ventas del mes. Así ofrecen que por la inversión en su medio te van a regalar la estrategia, la creatividad y la producción… y muchos caen redonditos, después de todo nunca dejamos de tener esperanza y de creer en los milagros. Lo que no dicen es que cada año los medios pierden a más de la mitad de los clientes conseguidos de manera directa con estas maniobras, sencillamente porque no les dio resultado alguno su inversión. Entonces los empresarios pasan a engrosar las filas de los que dicen “Yo ya hice publicidad y no me funcionó”.
Por supuesto que ninguno de los dos casos anteriores construye marca, pero sí hace negocio para quien te convence de entregarle tu dinero.
La verdad es que pensamos que los milagros sí existen, pero cuando se trata de crear valor financiero para los negocios a largo plazo, estamos convencidos de que la mejor manera es la construcción de marcas y esta solo se consigue trabajando duro, con una dirección clara y de manera consistente un día tras otro.
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