Seguramente has escuchado la historia de los tres hombres que trabajaban duro martillando rocas y cómo respondieron a la pregunta sobre lo que estaban haciendo. El primero dijo “Estoy picando esta piedra al rayo del sol”. El segundo respondió “Estoy tallando un peldaño”. El tercero dijo orgulloso “Estoy construyendo una catedral”.
Una empresa de agroquímicos modificó el color de su herbicida después de 20 años en el mercado, como consecuencia de un cambio en la formulación que lo hacía más efectivo pero aclaraba su color oscuro característico. Pronto los clientes empezaron a reclamar y a dejar de usarlo porque creían que estaba diluido y aseguraban que no funcionaba igual que antes.
Un ejecutivo del área de compras de un corporativo de alimentos sustituyó un ingrediente por otro nuevo que reduce el costo asegurando que sabe a lo mismo, aunque no sea lo mismo. Los consumidores pronto empezaron a percibir el cambio y dejaron la marca.
Los responsables de envíos de una gran empresa decidieron iniciar una huelga en pleno black friday. Los clientes que no recibieron sus pedidos a tiempo se manifestaron molestos en las redes sociales creando una ola negativa para la marca.
La lista puede seguir casi indefinidamente porque muchos colaboradores están picando piedra solamente al tratar de cumplir objetivos de corto plazo de sus áreas cuando toman decisiones que afectan a los productos o servicios, rompiendo la promesa que han hecho a sus clientes y consumidores. ¿Hacen mal? No, sólo tratan de cumplir objetivos. El problema es que éstos no siempre toman en cuenta las razones por las cuales los consumidores o clientes prefieren la marca o la empresa.
Cuando el propósito de la empresa/marca es claro y poderoso, inspira a los directores, contagia a los colaboradores y conquista a los consumidores y clientes. Pero cuando no es tomado en cuenta para guiar las decisiones estratégicas y las acciones en todas las áreas de la empresa, empieza a haber rompimientos en la construcción de valor, se pierde gran cantidad de energía en esfuerzos estériles y se incumple con los clientes y consumidores. Esta es una típica desalineación entre los pilares de la empresa y su propósito, es decir, con la razón de ser de la compañía o de la marca.
Ciertamente es complejo determinar dónde están los problemas. Cuando se aplican soluciones generalistas el resultado puede empeorar la situación. Nosotros hemos encontrado una efectiva solución en un proceso de diagnóstico que permite determinar cómo está la alineación de la estrategia, la cultura, la percepción de los colaboradores y la de los clientes y consumidores respecto al propósito.
Como nos dijo el director de una empresa al recibir el reporte de resultados del diagnóstico de Brand Wellness: “Sabía que teníamos problemas y áreas de mejora, pero no tenía una idea precisa de qué modificar para resolverlos. Brand Wellness me dio esa claridad”.
El director general de otra empresa, al ver el reporte nos comentó entusiasmado: “¿Saben todo lo que puede hacer un buen director con esta información?”.
Si quieres saber más de Brand Wellness te invitamos a contactarnos. En sólo cuatro semanas podrás tener información determinante que puedes convertir en acciones de inmediato.
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