Muchas veces se piensa que construir una marca requiere de presupuestos millonarios o que se necesita ser experto en ciencias ocultas.
Esto ocasiona que algunos empresarios tomen la decisión de llevar a sus productos a competir por precio con promesas como “tiene todo lo bueno del producto líder que conoces, pero a un precio más bajo”, lo que a la larga termina posicionándolos como productos baratos que no generan valor y terminan como commodities.
Una marca posicionada solamente por precio es altamente frágil en el mercado. Sus competidores de mayor valor agregado y precio más alto pueden fácilmente paralizar su desplazamiento con una estrategia de promoción o reducciones de precio temporales quebrantando financieramente a tu empresa.
El precio es una de las herramientas más valiosas para construir un posicionamiento competitivo en la mente de tus consumidores y combinado con la promesa adecuada puede dar resultados que algunas veces sí parecen milagrosos.
Sólo hay que tener mucho sentido común para entender el territorio en el que compite tu marca y conocer profundamente a tu
consumidor para atender necesidades realmente relevantes.
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