En pleno resplandor del siglo XXI, entre la “contaminación” visual a la que no sólo publicidad, sino todas las personas contribuimos, el ritmo de vida tan acelerado de los seres humanos tan metidos en Smartphone y demás cosas que los hacen esclavizados, la desesperación por las marcas de llamar la atención y lograr 2 minutos de los ojos del consumidor está llegando a niveles inimaginables.
Busy street and billboard of Times Square in New York City, New York, USA
Todas, absolutamente todas las marcas tienen como objetivo ser igual de diferentes que la competencia, y para poder llegar a esto suman cualquier cantidad de factores como logo, colores, canales de comunicación, insights, el chiste es ser más que un precio y más que un “no tenían del otro”.
Esta constante búsqueda por lo diferente tiene de cabeza a los equipos creativos pero… ¿Qué hay del feeling?, ¿del sentimiento que creas con la marca? No tenemos que contratar precisamente a una doctora corazón para relacionarlos, es ahí cuando darle un valor a la marca habla por si solo.
En CÓMplices estamos conscientes de que recurrir a la creatividad como as bajo la manga para elevar tu marca no siempre es la solución, la construcción con estrategia y darle siempre valor a las cosas es lo que nos hace CÓMplices.
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