Cada día crece más el interés en el liderazgo con propósito. Los estudiosos afirman que la función más importante de un ejecutivo es administrar el propósito de la organización. Los expertos en negocios afirman que el propósito es la clave para un rendimiento excepcional. Y los psicólogos lo describen como el camino hacia un mayor bienestar. El propósito se reconoce cada vez más como la clave para navegar en el complejo, volátil y ambiguo mundo al que nos enfrentamos hoy, donde la estrategia cambia constantemente y, mas que nunca, pocas decisiones son correctas o incorrectas. Cualquiera puede sostener un timón cuando el mar está en calma. Publilio Siro. A pesar de lo anterior, menos del 20% de los líderes tienen un fuerte sentido de su propósito personal. Incluso menos son capaces de definir su propósito en una declaración concreta. Es posible que puedan articular claramente la misión de la organización: piense en Google «organizar la información del mundo y hacerla universalmente accesible y útil» o en Disney «Crear felicidad». Pero cuando se trata de que describan su propósito, generalmente recurren a algo genérico y nebuloso: «Ayudar a otros a sobresalir». «Garantizar el éxito». «Empoderar a mi gente». Igual de problemático, casi ninguno de ellos tiene un plan claro para traducir el propósito en acción. Como resultado, limitan sus aspiraciones y, a menudo, no logran sus objetivos profesionales y personales más ambiciosos. Los dos días más importantes de su vida son el día en que nace y el día en que descubre para qué nació. Mark Twain. Este artículo se basa en un extracto del artículo de Harvard Business Review titulado Liderazgo con Propósito. Podríamos suponer que el tema del propósito personal y de empresa es algo mucho mas consolidado en el mundo de los negocios. No es así, pero lo que es indudable es que las empresas que nacen y crecen con un propósito superior tienen más éxito que el resto.
Sabemos que cada persona tiene un propósito aunque no haya sido identificado con total claridad. Es la razón por la que nos levantamos cada mañana y enfrentamos los retos para alcanzar nuestros objetivos y metas. Cada empresa también nace con un propósito muchas veces subyacente que se origina en su fundador y cuando éste ya no está, puede permanecer en la cultura de la organización.
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