Hace poco más de 2 años, nos buscó un cliente que tiene una marca a la que se le hizo viejo el mercado, dejaron de comprar sus productos y el ahora dueño, nieto del creador de la marca, decidió llamarnos para reposicionar la marca. La conclusión de la primera reunión fue: presupuesto mínimo, planificación ninguna.
Sin embargo, seguimos escuchándolo y vimos claramente sus necesidades y después de poco más de una semana, le pasamos una propuesta teniendo muy en cuenta qué era lo mínimo que tenía que hacer con su marca pues no tenía para invertir en un plan de marketing. Obviamente se le fue de presupuesto lo que le planteamos.
El caso es que platicamos y lo sensibilizamos de que sino hacia esas cosas al menos, no iba a llegar a los clientes potenciales. Pero no había presupuesto, y ante esa realidad, había poco que decir. Así qué el cliente nos preguntó qué haríamos con una inversión de 5 mil dólares para el primer año. Nosotros respondimos que haríamos Consultoria de construcción de marca: alineación de portafolio de producto, análisis del territorio de la marca para incrementar el valor de los productos en el mercado y crear una reserva de presupuesto de mercadotecnia para el siguiente año.
El cliente aceptó y empezamos a trabajar en ello, creamos una matriz de planeación, división de portafolio de productos, alineación de submarcas y logramos subir el costo de los productos un 20% en promedio. El cliente se entusiasmó y a la par creó su página web y su tienda en línea, pero decidió darle ese proyecto a su despacho de diseñadores para que lo manejara porque era mucho más económico que nosotros. Sin embargo, nos pidió de favor que le hiciéramos un pequeño informe de lo que podían mejorar en su página web.
Les pasamos un brief, que no nos estaba pagando, con mejoras que deberían hacer en la web, también le pasamos lo mínimo indispensable para hacer una campaña digital y promover la tienda en línea que había creado. Nada de lo que recomendamos hicieron, pero si empezaron a invertir en Facebook.
5 meses después nos vuelve a buscar el cliente para decirnos que no está teniendo resultados, que no vende lo que espera a pesar de que la marca es conocida por muchos. Le comentamos que FUE una marca MUY posicionada en el tiempo que le invirtieron en publicidad, pero se le hizo viejo el mercado y el mercado actual no le ve valor a la marca, ni siquiera la conoce.
Le hicimos un presupuesto para manejar su marca en digital y le dijimos lo que tenía que hacer para vender más. Nuevamente el presupuesto se le hizo elevado pero tomó la propuesta y la llevó con el despacho de diseñadores que tenía.
Así llega una tercera vez de buscarnos y nos dice que no funciona lo que le dijimos que hiciera. Por ser una marca CÓMplice y ante el reto de que no estaban funcionando nuestras recomendaciones, hicimos un análisis de su página y ¡Oh sorpresa! Su pasarela de pagos no estaba activa y nadie entraba a ver los correos de gente que decía que no podía pagar en la tienda en línea. Tenía un número considerable de visitas pero la página no era la más amigable, no era lo que esperaban los clientes y por ello tenía un 95% de rebote. La conclusión: Lo barato, sale caro.
Entonces nos pide ideas y que le digamos qué hacer. Le pasamos un nuevo presupuesto, no lo acepta, pero nos insiste en ideas…¿Gratis? La respuesta ahora es: “¿tú vendes tus productos gratis? ¿te compran uno y les regalas tres más? Yo lo he hecho contigo, me pagaste una Consultoría con la que viste resultados en ventas y te he regalado estrategias digitales que no has seguido al pie de la letra ni con el equipo correcto, por eso no te funcionan”. Pero el cliente, está descontento…
Seguro que a todos los que nos dedicamos a esto, nos suena. Y además, sabemos que este caso no es aislado, sino que es bastante común, y ya lo han sufrido varias veces.
El problema es que en esta profesión se espera que hagamos pociones mágicas sin ingredientes y sin presupuesto y hay que tener claro que para conseguir nuestros objetivos se requiere: inversión, tiempo, o ambos.
Así qué quien siga diciendo que el social media es gratis o barato, no está haciendo lo correcto, sólo está alimentando el cáncer que está matando nuestra industria. Porque está generándose un cliente por 3 meses y dejando al mercado de la publicidad un cliente insatisfecho que cuando llega a hablar de marcas siempre dice: “Yo ya hice publicidad y no me funcionó”.
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