Esto estaba muy bien para los años 50´s del siglo pasado, en donde la característica era que se vendía todo lo que se producía. Eran mercados orientados totalmente a la producción y dirigidos por las ventas ante la ausencia de competencia real.
Sin embargo quienes en el 2015 manifiestan el orgullo de poder vender sin hacer publicidad (entiéndase comunicaciones de marketing), están en la cuerda floja y no se han dado cuenta. Así ha sucedido con una buena cantidad de empresas que han pensado que su tamaño e inercia podían garantizar las ventas futuras… hasta que se vieron obligados a enfrentar la dolorosa realidad de que en el momento de la verdad no fue así. Descubrieron demasiado tarde de que lo único que puede garantizar ventas futuras es la fortaleza de la marca. Empresas de alimentos como Burger Boy, “muy exitosa” hasta la entrada de McDonald´s a México, descubrieron en pocos meses que no tenían activos suficientes depositados en sus marcas como para defender los mercados que habían explotado durante años. Cadenas de autoservicios enteras han sucumbido ante la llegada de poderosas marcas internacionales, mientras que otras no han logrado penetrar el mercado mexicano a pesar de su enorme tamaño en otros países. Empresas nacionales que crecieron de manera muy impresionante en pocos años como Fibras Fregón, tuvieron caidas estrepitosas al confiar en su tamaño y no desarrollar valor para su marca. Incluso en el mundo de los grandes corporativos como IBM, hemos sido testigos de su incapacidad para penetrar mercados como las computadoras personales, que habría parecido territorio que naturalmente podrían haber tomado. Y a pesar de ello hay quienes en su moderado tamaño de empresas se jactan de no haber tenido que invertir nunca en publicidad para vender. Estamos seguros que así será mientras no tengan competencia real y poderosa. No hay nada nuevo en el mundo, sólo se reciclan los hechos y la historia se repite.
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