Si algunos deportistas profesionales hacen pausas en sus carreras por unos meses con el fin de recuperar el físico o eliminar alguna lesión, ¿por qué un simple mortal no debería hacerlo? Los deportistas profesionales tienen mucho más que perder porque de eso viven y sus carreras duran solo algunos años, pero tienen a su vez un equipo de expertos que los ayuda a tener pautas certeras sobre lo que es mejor pensando a largo plazo.
Lo mismo sucede entre las marcas, unas marcas tienen expertos y un equipo de construcción de marca que desarrolla estrategias certeras y pensadas a largo plazo, mientras que podemos ver a muchas otras ejecutando acciones de construcción de marca como si estuvieran haciendo malabares. ¿Por qué entonces no parar y realizar una estrategia para dar pasos seguros?
Regresando a los deportistas, los aficionados nos basamos a lo mucho en las rutinas del gimnasio, combinamos diversos deportes y entonces es difícil saber cuándo entrenar, cuándo descansar e incluso cuándo y qué comer. Lo mismo pasa con las marcas, mientras que los especialistas pueden definir una estrategia, los aficionados realizan algunas acciones que a simple vista les late que pueden funcionar.
Por ejemplo, cuando empiezo a hacer ejercicio, voy al gimnasio 4–5 veces por semana, tengo una rutina de 45 a 50 minutos, luego corro por 30 minutos, cuando no corro trato de hacer unos 30 minutos de yoga para estirar y mejorar la flexibilidad y cuando existe una carrera, me inscribo. Lo que empieza a complicar un poco la rutina: porque correr cansa a cualquiera y esto hace dudar si ir o no al gimnasio el mismo día. Y al día siguiente, ¿retomar o descansar?
Entonces el primer día me agota el ejercicio, el segundo y tercero puedo ir al gimnasio y me siento mejor. Pero después de 5 días ya no sé si seguir porque además la agenda se empieza a complicar pues yo soy solo una aficionada, es decir tengo trabajo, familia y otros temas que atender.
Así que un día me empezó a doler un poco la rodilla, dejé pasar unos días, fui al consultorio del gimnasio donde me dijeron que ejercicios sí hacer y cuales no, pero como con el paso de los días el dolor era más intenso, por lo que fui al médico quien descartaba hacer una serie de ejercicios entre ellos correr. La solución fue sencilla: dejar unos ejercicios de lado un tiempo y empezar a realizar otros para fortalecer ciertas zonas. Entonces resulta muy reflexivo interesante que a veces un dolor deba ser curado con más ejercicios, pero focalizado para justamente fortalecer las zonas donde se produce dicho dolor.
Así que como siempre pensando en la construcción de marcas, lo mismo pasa con algunas marcas que hacen de todo un poco sin enfoque y requieren de CÓMplices, doctores especialistas, que los enfoquen para fortalecer la marca en los puntos clave dándole con cabeza y mucho sentido.
El único consejo válido de esta experiencia es aprender a escuchar el cuerpo, aprender a escuchar a nuestra marca. Al menor dolor o molestia, identificar los motivos y soluciones. No tiene sentido creernos los más poderosos y arriesgar cuando los profesionales también paran de cuando en cuando.
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