En los medios sociales hay una pirámide que describe la relación entre consumo, distribución y creación: de 90 lectores el 10% comenta o comparte pero solo el 1% crea.
En general podemos tomar esta métrica como razonablemente cierta, la cantidad de creadores de contenidos es pequeña en proporción a los consumidores y esto podía funcionar cuando la red digital era pequeña pero el sistema se altera cuando todo empieza a girar en torno a vistas, visitantes e interacciones porque sucede que las marcas y agencias digitales empiezan aparecer en la ecuación y por tanto la cantidad de contenido empieza a crecer, lo bueno es que los lectores empiezan a ser más selectivos y a demandar contenido fresco y original, lo que puede mantener el ecosistema digital en equilibrio.
He observado como muchos de los Community Managers producen contenido como si estuvieran maquilando para sus clientes una equis cantidad de piezas para cada red social y por tanto la calidad es secundaria e irrelevante; el punto es que haya producción diaria y que se vea actividad todos los días para generar reportes de evidencias de interacción; pero los CÓMplices nos preguntamos ¿Por qué el contenido digital tiene que ser creado en una línea de producción y no en un taller artesanal?
La necesidad de crear contenido en cantidades industriales convierte a las agencias digitales y a los Community Managers en los obreros de la Era de la Información. Por supuesto que hay material valioso y buen contenido en la red pero eso lo están dejando a los blogs más personales que no requieren visitas o que no tienen fines de lucro, pues a los sitios con inversión por lo regular le agregan contenido chatarra.
Esto crea la paradoja de que estamos devaluando el contenido por la necesidad de mantener andando la máquina de los medios sociales y el contenido de valor es cada vez más difícil de hallar.
Extrañamente el costo del contenido de valor aumenta tanto que se vuelve prohibitivo producirlo a los ritmos necesarios para mantener el proceso andando. En realidad, es más conveniente producir material de bajo costo porque la mano de obra es más barata.
Crear nunca fue tan fácil. Y por lo mismo nunca fue tan insignificante.
Cualquiera puede tomar una foto, cualquiera puede escribir un posteo o un tuit, cualquier puede hacer un video; pero no cualquiera puede hacer algo que valga la pena ver.
Siempre va a haber contenido bueno y contenido malo. Y los creadores de ese contenido bueno cada vez tienen más valor. El problema es que no siempre se entiende esto y por tanto, no se traduce en una manera diferente de hacer las cosas.
Por ello los CÓMplices ante preguntas como: “¿Son muy caros?” siempre tenemos un respuesta: “Somos muy buenos”.
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