Todos los días salen 20 temas de qué hablar, que si una aerolínea perdió un perrito, qué una chica comprometida besó a alguien que no era su novio, las últimas fotos filtradas de tal o cual artista en internet. Todos los días, pasan cosas en México, Estados Unidos, Brasil, Siria, Japón, en todos lados y a todas horas pero mi reflexión va sobre el derecho que todos creemos tener para opinar.
“Vieja loca, tanto alboroto por un perro”, “es tan importante que se pierda un perro como si se pierde un niño” y así todos estamos activos en internet para meternos en la vida de los demás. ¿Qué nos importa si ella quiere mover cielo, mar y tierra para recuperar a su perro?
“Es una fácil, besó a alguien en su despedida de soltera”, “Pobre zorra que la traicionó una amiga que le tenía envidia” y ahí va todo el mundo a opinar si es una golfa o no, unos defienden, otros castigan. A mí qué si se va a casar o no, si le perdonan el beso a otro o no porque la verdad: el que esté libre de culpa que aviente la primer piedra.
Hay personas que ni saben a fondo de que se trata, pero opinan sólo porque es tema y medio escucharon o se imaginaron la situación al escuchar la opinión de otros. Hay ocasiones en que las notas o las imágenes están incompletas, y de todas maneras opinamos o juzgamos sin mayor remordimiento, sin saber o tener la historia completa. Supongo que eso tiene que ver con el miedo de perderse de algo o de quedarse fuera del tema de moda, aunque eso implique llevarnos entre las garras la vida de alguien.
Como CÓMplice Constructora de Marcas estoy convencida de que todos tenemos cola que nos pisen, todas las personas tenemos en nuestra lista al menos un par de cosas de las cuales no estamos tan orgullosos, pero que sin lugar a duda nos han dejado grandes lecciones, a veces de la peor manera, pero lecciones al final de cuentas.
La marca personal que construimos con cada acto que realizamos no tiene que ser perfecta, de hecho no sabemos si en realidad la perfección humana existe. Todos tenemos una historia, un cumulo de experiencias e ideas que la vida, las circunstancias y las cosas nos van enseñando y todo ese conjunto nos enseña a manejar la vida como se vaya presentando y con la experiencia que hayamos reunido.
A veces cometemos errores, y no es que tengamos que ir por la vida hablando bien de cada situación de la que nos enteramos o tratando de justificar a todos los que están en la silla de los acusados. Pero si queremos construir una marca personal poderosa, debemos aprovechar esas experiencias ajenas y ocuparnos de enriquecer y abrir nuestra mente para mejorar nuestras experiencias.
Sé que es inevitable tocar los temas de los que todo el mundo habla y son tendencia, pero en lugar de construir una marca personal con una opinión juiciosa, podemos opinar de las circunstancias que orillaron a la persona a realizar esas acciones, hablar de qué hubiera hecho yo en sus zapatos y que repercusiones hubiera tenido eso. Porque al final, quién soy yo para juzgar a los demás.
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