Como agencia perteneciente a la AMAP, hace unas semanas fuimos convocados por el Consejo de la Comunicación a realizar una presentación de credenciales a partir de la cual seleccionarían a la agencia de publicidad que realizará la campaña “Estilos de Vida Saludables” para el 2015.
No sin sorpresa llegamos a una reunión en la que presentamos credenciales 13 agencias en un proceso maratónico que debió haber sido agotador para los integrantes del comité designado para la selección.
Fuimos recibidos amablemente con un poco más de una hora de retraso del horario acordado sin que pareciera algo fuera de lugar. Supongo que para los últimos en presentar este retraso debió extenderse bastante más poniendo de manifiesto la descortesía y falta de organización de esta pasarela de las vanidades.
Sin una metodología para realizar las evaluaciones y llegar a la selección final, los integrantes del comité vieron y oyeron lo que teníamos que decirles todos los representantes de las agencias convocadas durante más de 8 horas. Un proceso largo, tedioso y agotador que además se torna absolutamente confuso después de tanta y tanta información.
Transcurridos unos días nos comunicaron que ya habían elegido agencia y no habíamos sido nosotros… gracias por participar. Poco después solicitamos información y descubrimos que la agencia seleccionada fue la misma que manejó la cuenta el año pasado.
Sabemos de buena fuente que no existió una metodología para realizar la evaluación y la consecuente selección, lo que deja la enorme duda sobre ¿Cómo realizaron la selección? ¿Qué aspectos de las agencias fueron tomados en cuenta? ¿Qué ponderación realizaron sobre las capacidades, habilidades y experiencia de cada una? ¿Qué buscaban los miembros del comité?
Si se trataba de confirmar a la misma agencia porque había realizado un buen trabajo y querían privilegiar la continuidad, no hacía falta el desperdicio de energía y el desgaste de todos los participantes, empezando por el Consejo de la Comunicación y su credibilidad en este aspecto. La decisión bien fundamentada habría sido respetable y seguramente respetada. Sin embargo eligieron la puesta en escena.
Durante años hemos buscado como industria que se establezcan, difundan y respeten mecanismos de mejores prácticas en la industria en procesos de selección de agencia para evitar situaciones como la que acaba de protagonizar el propio Consejo de la Comunicación. Hemos tenido algunas victorias pequeñas pero que esperamos hagan el papel de semillas que darán fruto algún día, lo que será complejo si mientras estemos sujetos a este fuego amigo dentro de casa.
Lo más increíble de todo este proceso barroco fue que posteriormente recibimos otra invitación a participar en una selección de agencia de relaciones públicas y una más para agencia digital.
Parece que en el Consejo de la Comunicación no saben que existimos agencias de servicios integrales de comunicación que podemos quitarle mucho trabajo de encima al personal encargado de coordinar estas actividades. Pero asumiendo que no sea por desconocimiento, debemos suponer que es porque tienen personal de sobra para dedicarlo a la innecesaria tarea de coordinar a varias agencias diferentes.
En este caso parece que se invierte el dicho que dice que el que no oye consejo no llega a viejo.
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