Estás terminando una junta que ha sido todo un éxito. Uno de los detalles que contribuyó a lograrlo resultó de un comentario de Carlos, quien siempre muestra interés en lo que haces y una disposición permanente para darte alguna sugerencia. Lo mismo hace en una junta que con la chica que te gusta o con un plan de viaje. ¿Pensarías que Carlos es sólo tu amigo, tu compañero de trabajo o tu aliado? No, hay algo más. Carlos ve lo que tú sueñas y se suma para lograrlo. Carlos es tu cómplice.
¿Te acuerdas de aquella amiga que le decía a tu mamá que ibas a estar en su casa? ¿O del amigo que te dijo cómo llegarle a la chava que te latía? Esos son cómplices. Alguien que entiende lo que piensas… pero también comparte lo que sientes. Un cómplice va mucho más allá de lo que puede ir un socio, un aliado o un asesor. Es alguien que te dice cómo y a veces hasta qué decir para lograr lo que quieres y no es el complaciente que te dice que si a todo con tal de mantenerte cerca.
Hablando de construcción de marcas y crecimiento de tu negocio, un cómplice es en esencia lo mismo pero se escribe ligeramente diferente porque los cómplices para el crecimiento de tu marca somos los CÓMplices.
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