¿Y qué pasa si...? Es la pregunta que ha desencadenado los grandes cambios en los negocios basados en propósitos claros y poderosos.
Los grandes cambios en los mercados han surgido de personas comunes con ideas sobresalientes, personas visionarias, capaces de ver más allá de lo evidente, decididas a volcar toda su pasión en transformar el mundo. Se trata de personas con un propósito claro para dar vida a sus ideas de negocios.
Hemos vivido por lo menos las últimas cinco décadas basados en criterios definidos por la mercadotecnia enfocados en entender a las personas que consumen nuestros productos y servicios para ser más atractivos, más seductores y más deseables en un mundo ferozmente competitivo. Parece una evolución totalmente natural si revisamos la historia. Pero si damos un vistazo a los grandes cambios en los negocios podemos concluir rápidamente que su origen no ha tenido que ver con la mercadotecnia. Las personas, en nuestro rol de consumidores, muy pocas veces somos los generadores de los grandes cambios. Se requiere alguien que observe el mundo con una mirada realmente fuera de la caja para generarlos y que constantemente se plantee la pregunta ¿Y qué pasa si…?
La mercadotecnia más sofisticada y eficiente no tiene nada que hacer frente a un propósito capaz de transformar al mundo.
Amazon no surgió de un consumidor sino de una persona que tuvo la capacidad de unir dos paradigmas en una respuesta: la necesidad de mayor comodidad y facilidad con los avances que la tecnología ha puedo a nuestro alcance.
Los Cheetos Flaming Hot no surgieron de la recomendación de un consumidor, sino de una idea de un conserje de la planta de Rancho Cucamonga, California, ante un cambio de paradigma cuando el presidente de la empresa invitó a todo el personal a comportarse como dueños de la empresa.
Las jugueterías Juguetrón tampoco surgieron de la idea de un consumidor sino de la inquietud de un hombre que pensó con suficiente decisión en que los juguetes deberían vivir en lugares cómodos, amables y divertidos.
Los vinos Monte Xanic no aparecieron por sugerencia de los consumidores mexicanos sino que tuvieron que remontar el enorme malinchismo que generaba el paradigma de que en México no se podían producir buenos vinos, ante lo cual un pequeño grupo de amigos que se plantearon el propósito de hacer vinos de calidad mundial en México, algo impensable en su momento.
Si nos remontamos al origen de Kodak, encontramos a un visionario Mr. Eastman que tuvo el propósito de hacer accesible la fotografía a las masas, lo que lo llevó a crear la película fotográfica flexible. Henry Ford se propuso que cada familia estadounidense tuviera un auto Ford. Don Lorenzo Servitje declaró cuando fundaron Panificación Bimbo que se proponía hacer llegar el mejor pan a cada hogar mexicano.
Los grandes cambios en los mercados han surgido de personas comunes con ideas sobresalientes. Personas visionarias, capaces de ver más allá de lo evidente y de crear nuevas realidades que mejoran la vida de las sociedades. Personas con un propósito claro al que han dado vida a través de sus empresas.
Comments